De olores y sonidos.


La verdad es que cuesta adaptarse a esta ciudad. Creo que hay pocos sitios en el mundo en los que se mezclen tantas cosas. los ricos con los pobres, la lluvia con el sol, el olor a flores con el olor a mierda. La ciudad es caos. Caos ordenado pero caos al fin y al cabo.

Miles de vehículos inundan las calles. Y cuando digo vehículo quiero decir cualquier cosa que sirva para desplazarse: coche, moto, ricksaw (asiento para viajeros impulsado por personas), motoricksaw (asiento para viajeros impulsado por motos), bicis, vacas, cabras...


Si el vehículo posee claxon parece haber una norma por la cual, si quieres llamar la atención, dejas de tocarlo. Quiero decir que el estado natural de un vehículo es haciendo sonar el claxon. Y cruzar una calle parece una tarea imposible hasta que aprendes el truco: cruzar y punto. No hay que tratar de esquivarles, ellos se ocupan de ello aunque no lo parezca.


La polución se puede masticar. Y aquí no se suda, se chorrea. Hay que ir con una botella de agua todo el día encima porque te deshidratas con mucha facilidad. Aunque por ahora todos estamos mas o menos hidratados.


Ahora mismo delante de mi hay un cuervo. Es raro ver solo uno. En Calcuta los hay a miles. Con su bello cantar y su colorido sobrevuelan las montañas de basura que se acumulan con frecuencia en las calles. Esta basura contribuye muchas veces a convertir la ciudad en un bonito pantano cuando llueve demasiado (con sus cositas flotando bajo el agua incluidas). Y no se si lo sabéis pero ahora es época de monzones...


Aun así la cosa no dura mas allá de 15 minutos lloviendo con una intensidad que asusta. Tras ese tiempo, la lluvia se detiene, el agua desaparece y el sol te vuelve a quemar la cara. Por que ocurre esto? Pues por una razón muy sencilla. Por la misma razón por la que aquí ocurren la mayoría de las cosas: Porque si.

Passport please?

No hay viaje sin pasaporte. Y eso es lo que hemos hecho hoy en New Light. Hemos repartido a todos los niños por grupos. O mejor dicho, por camarotes. Cada dos de nosotros capitanea un camarote con varios niños. Julio y yo somos el camarote rojo, aunque hemos preferido llamarnos "Los cuervos negros". Según Julio es por la capacidad de supervivencia de estos animalitos que plagan con su gracia y colorido los cielos de esta ciudad. Pues no hay mas que hablar, somos los cuervos negros, the black crowes (aunque todo parecido con el grupo musical es pura coincidencia).


Juntamos a los grupos, nos presentamos y les hacemos la entrega oficial del Pasaporte New Light con el que podrán dar la vuelta al mundo en 15 días. Los niños cogen el librillo de nuestra mano, lo miran y te lo entregan de nuevo diciéndote que es muy bonito. No se creen que sea para ellos y cuando se lo vuelves a entregar te miran con cara de asombro. "Yes, it's for you". "Thank you".


En la portada de cada pasaporte han de escribir su nombre y el nombre del grupo al que pertenecen: los cuervos negros, los tigres rojos... Ahora ese librillo si que es suyo, pone su nombre y ahora les pertenece. Les sigue costando creerselo.

Les proponemos que hagan un agujero en una esquina y que inserten un hilo de lana para poder colgárselo al cuello. Cada día les pondremos un sello en su pasaporte con el nombre del país que visitemos ese día. Todos corren a pedirnos lana para colgárselo y los mayores ayudan a los mas pequeños. "My passport! my passport!"








Luego les decimos que todos los pasaportes deben llevar una fotografía y que deben dibujarse unos a otros en la primera pagina. Con unas cuantas ceras de colores se lanzan a lo loco a retratarse.




La verdad es que no entiendo muy bien el criterio que siguen para realizar los retratos. Yo intento hacer uno y todos me dicen que no, que no es el niño que estoy dibujando. Sin embargo hacen el mio mas parecido a un elefante que a mi y todos se ponen de acuerdo: "Alberto! Alberto!" debo tener las orejas demasiado grandes y no me había dado cuenta hasta ahora...



Todos gritan de alegría con sus retratos realizados por sus companheros. Y entonces intentamos crear un grito de camarote. Todo vale: "ah!, ah!, ah!", "Uhh!, uhhh!" o "Neeeek!, neeeek!". El caso es gritar, fuerte, muy fuerte.

Acabamos el día terminando de ver "La vuelta al mundo en 80 días" ya que ayer no pudieron verla completa y hoy estaban deseando terminarla. Mañana comenzamos en viaje de verdad.



Primera parada: Egipto.



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